Monday, June 26, 2006

De los Abrazadores


Querido desorden, ¿cómo decirle a un amigo ( hombre realmente encantador, cariñoso, abrazador, apasionado, etc) al que quieres mucho, que no estás interesada sentimetalmente, sin herir sus sentimientos? Si ya lo has dicho directamente, si a pesar de los deslices eventuales, has manifestado tu amor por otro, si has expresado tu aberración frente al mismo tipo de bajeza y comportamiento como el ser rechazada, ¿qué hacer?, ¿de qué manera hacerle entender sin hacer daño? ¿O acaso es cierto que entre hombres y mujeres no existe la amistad?

Queridísima, bienintencionada y atribulada cibernauta,
Hemos de ser enfáticos, en primer lugar, en que lo suyo, más que una validación propiamente tal, es un llamado de auxilio y una solicitud expresa de consejo. Haciéndonos cargo de esto, diremos que las relaciones humanas son esencialmente relaciones de poder, en donde una de las partes pretende dominio sobre la otra, de manera que se trata de soluciones verticales y no horizontales, donde el abrazador pretende por una parte imponer sus términos relacionales y usted, por la otra, los suyos. Así, el juego en el que ambos están involucrados es uno válido de antemano y propio de sociedades deseables, donde las obligaciones provienen ya del concurso de la voluntad, ya de un momento en el que ésta se enajena a la autoridad para que sea ella la que decida respecto de ciertas cosas, como la protección o el castigo. Es en este sentido en el que las relaciones amorosas, como cualquiera otra relación, se presentan como el resultado del libre intercambio de sensaciones, sentimientos y deseos. Si a esto usted agrega el hecho de que las especies (consciente o inconscientemente) tienden a su conservación por los medios que naturalmente consideren, (lo que importa decir que su amigo, siendo apto para la conservación, va a poder hacerlo), no sería usted su única chance proyectual. Con todos estos antecedentes, el Desorden piensa que la forma que usted decida de hacerle saber a su querendón amigo cuáles son en realidad sus posibilidades -nulas- está ya validada.
En otro (des)orden de cosas y respecto a la posible existencia de amistad entre hombres y mujeres nos parece que sería discriminatorio afirmar su imposibilidad, sobre todo y desde que el óbice que existiría para su concreción sería la eventualidad sexual. El Desorden se indefinió a sí mismo, consciente de que al hacerlo, garantizaría la inclusión de todos quienes quisieran estar dentro de su lista del chat y que todos ellos serían adjetivizados como amigos, de manera que negar tal posibilidad a priori reduce injustificada y arbitrariamente la amistad potencial.

Friday, June 16, 2006

Le Solicitamos

EL feed-back (nueva versión del "me dijo un pajarito por ahí") ha demostrado que ustedes, queridos regalones, gustan de la sección Validamos su Comportamiento. La confianza que asimismo tenemos depositada en sus (des)habilidades morales, hace imperiosa la necesidad de contar con el agudo análisis crítico que vuestras mercedes suelen hacer respecto de aquellas situaciones y acciones (u omisiones) que en la vida ordinaria ocurren. Es así como recurrimos a sus vivencia más íntimas para que, en el más protector de los anonimatos, el Desorden valide, una vez más, su comportamiento.

Saturday, June 10, 2006




Estimado desorden:
Les escribo por un asunto que me ha rondado la cabeza durante las últimas semanas. El caso es básicamente el siguiente. No tengo novio, por lo que eventualmente suelo aceptar invitaciones a salir de tipos varios. Cuando el tipo en cuestión me parece guapo e interesante, y luego de un par de copetes, el desenlace lógico parece darse algún besito loco, o un poquito más, aunque sea la primera cita. El problema se suscita en dos ámbitos: el de las amigas reprochadoras y el de los sujetos que creen que después del mentado encuentro uno va a aspirar a casarse con ellos, por lo cual huyen despavoridos.
¿qué estará pasando? ¿por qué todos tan enrollados?
espero sus sabias palabras

Bienamada cibernauta:

Junto con saludarte, el Desorden quisiera felicitarte por ser muestra fiel del espíritu ciudadano que insufla estos tiempos. Usted no sólo se hace leer mediante el diálogo bloguístico, sino que además ha tomado un importante paso hacia la meritocracia de la reproducción. Así es, asignar besitos locos o poquitos más a los interesantes (considerando que lo único interesante en una persona puede ser su belleza o su inteligencia, y que la primera es la otra condición que exiges al momento de girar besitos locos, el Desorden utiliza “interesante” en un sentido análogo a “inteligencia”) es una tendencia que todos debiésemos de aplaudir, incluso tus amigas. Haciendo lo contrario, sólo consiguen dos cosas: delatar que practican la endogamia con la misma porfía con la que asisten a misa los domingos, y, aún peor, amparar un estado de cosas en que los cretinos puedan seguir reproduciéndose. Una crueldad.

También están los que huyen… Usted cree que lo hacen por consideraciones tributarias. El desorden es de la opinión, en cambio, de que simplemente ellos no cuentan la inteligencia entre sus virtudes. El inteligente lee un beso en una primera cita no como un pasado poblado, sino como un futuro provechoso.

Avalando tu conducta, y muchas otras, no sólo validamos tu comportamiento, sino que además lo hacemos nuestro y esperamos ejercitarlo hoy en el estreno en sociedad del Desorden, en donde de antemano, todo comportamiento está validado.

Friday, June 02, 2006

Estimado desorden,
Hace algún tiempo que he estudiado y compartido turno, con algunas personas de la universidad. Bueno lo que pasa es que mi afán por el desenfreno, impulsado por estimulantes como lo son, la música, la oscuridad, y las mujeres, me llevaron a crear una situación muy incomoda y inconveniente.
Siendo un día de desorden, de carrete y de gastos, me vi dañando una amistad muy valorada pero no tan desarrollada como para aguantar esta demostración de insensibilidad que voy a relatar. Lo que pasó fue que de tanto hablar y hablar dejando clara mi carácter masculino y mi preferencia sexual corriente, estando en medio de la pista de baile, llevé mi mano al culo de mi amigo y lo apreté con alguna vehemencia. El me miró con cara de guerra y de ahí todo ha ido mal. Ya no me me habla tanto y hasta evita en disimulado grado algunas interacciones. Sumémosle otro hecho. Una vez en alguna conversación toqué el tema de la homosexualidad y lo miré a los ojos, sobrio y en plena luz del día. El me miró de vuelta sorprendido pero sin echar atrás. Bueno, yo explico mi conducta más que nada a través del afán por el desorden, porque mis preferencias sexuales las tengo claras y marcadas desde siempre.
Espero me validen esto y me ayuden así a poder relacionarme normalmente con
la víctima (¿beneficiado?) del apretón. Otra pregunta ¿procede que aclare mi preferencia sexual o mejor me hago el desentendido?. Qué opina el desorden.

Salutti,

la mano que aprieta




Validación

Querida mano:

El desorden le tiende una amiga y no sólo valida su comportamiento, sino que, en lo que es su rúbrica, va más allá reconociendo en su conducta un claro reflejo de premisas morales encomiables de cuya estabilidad depende el conjunto de condiciones que conforman aquello que los conservadores imprecan como relativismo y los desordenados designan como pluralismo.

Vamos por parte, el Desorden una y otra vez (al respecto vid. El Desorden et al: Neo-machismo-especial y; Pubertad Garantista. Abril 2006) ha calificado de pueril y fatuo el elitismo proveniente de la adscripción de una categoría sexual. Interpretar erróneamente un acto de juerga como manifestación de la orientación sexual es una cosa, mirar feo como consecuencia de ello, otra. Lo segundo implica un juicio de valor, un “tu conducta no me gusta y la mía es mejor”. El Comisario ya lo dijo: toda forma de paternalismo inconsciente está proscrita en esta comarca.

En segundo lugar, no es un secreto que el desorden tiene un marcado corte progresista y por tanto no es partidario de establecer property rights (derechos de exclusividad) sobre entidades en principio no susceptibles de valoración económica como el poto. Rechazamos de plano entonces las reticencias que se amparan en versiones del acudido pero irrelevante argumento que protesta “este potito es mío, es mío doctor, la inyección, no, no, no.” De que este sea un objeto tangible (bien lo ha demostrado el solicitante) no se sigue que su propietario tenga derecho a monopolizar su uso y goce.

Ahora, y como usted pareciera ser una mano sensible, ¿cómo recuperar su incipiente amistad? ¿debe Ud. aclararle su preferencia sexual? El Desorden es de la opinión que, hoy por hoy, esta sociedad pluralista y cosmopolita está ya preparada para tendencias sexuales rupturistas (que ya no saben romper) y novedosas (no-vedosas o no-vedadas). No se deje llevar por las mayorías. Que no le importe lo que la gente vaya a decir de usted: que tiene mal gusto, que no sabe vestir o que es poco sensible. Tráguese la vergüenza, abra la boca y dígalo con cada una de sus letras: SOY HETEROSEXUAL, aunque cueste. Lo sabemos: no va a lograr con esta tendencia acaparar la atención de las masas, conseguir portadas de revistas, ni alcanzar premios por su vestuario, pero que la verdad vaya por delante y no por atrás como UD mano) Si su amigo no es capaz de aceptarlo como tal, déjelo ir. Su tiempo es digno de mejores causas, como por ejemplo, pensar qué canción quiere usted escuchar en la única fiesta del Desorden que goza de carácter incancelable. Mándenos su sugerencia.

Sin otro particular, y con la derecha, le saluda,

El Desorden.