Wednesday, April 26, 2006

Primera solicitud:

Hace un par de semanas fue el cumpleaños de una amiga. Hizo una fiesta en su casa e invitó a sus amigos y conocidos. Para la ocasión, vestí mi prenda más representativa, la cual se confunde con la más cómoda. Al llegar a la fiesta, debo confesar que sentí algunas miradas de reproche en el público general, pero simplemente las desestimé. Sin embargo, me sorprendí al percatarme de que esa mirada la compartían mis amigos. Exigí una explicación.
“Como cresta podí venir con buzo gris a la fiesta de la dani” me dijeron todos. Me trataron de falta de respeto y desubicado, lo cual no tiene ni un sentido. Yo sólo me puse mi ropa más cómoda. Alegaron que mientras la dueña de casa se preocupa por armar una onda en su casa, poniendo luces, contratando a un dj, ofreciendo buena comida; yo, el aweonao según ellos, ensuciaba todo su esfuerzo viniendo con mi buzo gris. Mis amigos nunca quisieron entender que a mi lo que más me gusta es mi buzo gris, y si la dani me quiere como amigo, debe entender que yo, Francisco, incluyo buzo.
La discusión fue eterna, estaba solo contra el mundo. Acudo a ustedes para que zanjen la discusión, por supuesto, a mi favor. Avalen mi comportamiento.
Anónimo.

Estamos trabajando en su justificación. Tranquilo, es un caso sencillo...



Atribulado cibernauta:

No puede negarse que tu conducta, a primera vista solamente, es sintomática de una personalidad borderline, megalómana, antisocial y profundamente anárquica. Uno tendería a creer que la imposición abusiva, y desde el punto de vista de los asistentes, incontrarrestable, de una visión tan desagradable como puede ser un buzo de tono gris, que, aunque no aparecía en tu relato, imagino de algodón y con cordeles blancosm, corresponde a una afrenta directa a la festejada y a los asistentes.
Como he dicho, estas conclusiones son apresuradas. Un análisis más detenido del asunto te exime de toda responsabilidad y te hace inmerecedor de los cordiales oprobios de que fuiste víctima. Las ventajas morales del vestuario escogido no son pocas. Partamos por las más obvias. Dijiste que era un cumpleaños en que habían amigas tuyas. No me imagino como se atrevieron a denostar tu look sin detenerse en que ese buzo era el testimonio más fidedigno y gráfico de la pureza de tu amistad, de la ausencia de dobles intenciones para con ellas. Desde luego, y en esto más vale ser claro, UD no puede pretender que vestido así podía algún conseguir algún acercamiento sexy, por muy fugaz que fuere. Lo tuvo muy claro desde el principio. A medida que se calzaba sus horripilantes pantalones, pensaba en la inapetencia sexual que lo embargaba esa noche. Ellas, sin embargo no fueron capaces de valorar su asexuado gesto. Los asistentes hombres tenían mucho que celebrar. Era usted uno menos en la demanda del mercado de la carne y por tanto, no hacía más que bajar los precios beneficiando a la siempre vapuleada clase de los atractivos medios.
Además, quien se presenta con buzo a un cumpleaños suele ser una persona en estado emocional frágil, con problemas tan apremiantes como para no querer invertir el tiempo necesario en la elección del vestuario, ni, presumiblemente con ganas de verse bien. Un buzo en un cumpleaños es un llamado de alerta, y si tus amigos no supieron leerlo, entonces me parece que la cuplabilidad les cae pesada y definitiva sobre sus espaldas dejándote indemne y libre de cualquier reproche.

Barriendo toda tu culpa, como polvo después de un cumpleaños, preocupados por tu estado mental, y desde ya brindándote todo nuestro apoyo, se despide...
El Desorden.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Sufro de incontinencia urinaria, día a día la necesidad de ir al baño asola mi vejiga. Esto, pensarán ustedes, no constituye un problema que genere algún comportamiento necesitado de validez. Claro, en si mismo, ni siquiera es un comportamiento. El problema se produce a la hora de ir al w.c. público.
Desde pequeño, mis padres me enseñaron a orinar con los pantalones completamente abajo, incluido calzoncillos. La predica filial se convirtió en habito, y el habito en costumbre vital; no puedo orinar sin los pantalones completamente abajo.
Este comportamiento a sido objeto de los reproches mas abjectos, hasta llegar a poner en duda mi sexualidad. Mi dignidad ha sido mancillada incluso por la gente que supuestamente mas me quiere.
Una solución ha sido utilizar las típicas casetas cerradas de baño público, pero la incontinencia urinaria que sufro, junto con la extraña costumbre señalada, hacen que deba orinar inevitablemente (acompañado de la herencia de mis padres) frente a gente que mira inquisidoramente, con los ojos llenos de reproche. Por favor, justifiquen mi comportamiento
Gracias anticipadas…..
anonimo

10:32 AM  
Anonymous Anonymous said...

Ésta, "validamos su comportamiento", es mi sección favorita. La más necesaria, la más tranquilizadora, la más realista, la más graciosa de todas...ojalá nosotros, los cibernautas, dejemos en ella el alma y otras cosas,
por mi parte espero la solución del próximo caso.

4:08 PM  
Anonymous Anonymous said...

Por favor validar mi comportamiento, gracias


6:30 AM del “reloj inglés” y siento el llamado de ellas
(hojuélas), de él, mi preciado
y querido plato de cereales (Fitness es la marca que escogí para cuidar mi
línea esbelta y saludable). Mis ojos se ven imposibilitados de permanecer en
la posición en que se encontraban durante las horas anteriores al ya
mencionado llamado. ¿Será ansiedad, será pasión, locura o simplemente una
manifestación de mi hiperdisciplina que se manifiesta inconcientemente
haciéndome quedar y sentir como una loca guatona buena pal cereal? Tengo mis
dudas al respecto, me parece curioso no poder prescindir de ellos y siempre
necesitarlos a la misma hora y cada uno de los días que conforman mi semana
y la tuya. Me encantaría que Tú, Desorden, dieras tu opinión al respecto
siendo lo más sincero posible. Lo único que te pediría, es que si me quieres
recomendar asesoría psiquiátrica lo hagas personal y confidencialmente. No
quiero estar en boca de gente común, normal y por que no, sana, que no
entiende a personas como nosotros, genios ansiosos, atormentados por cosas
tan pequeñas como un plato de cereales debido a nuestra sensibilidad fina y
aguda que nos posibilita despertarnos, desesperarnos y por que no
angustiarnos por un delicioso bocadillo matutino.
Esperando con la misma ansiedad que mañana a las 6:30 mi cuerpo ascenderá de
la cama para dirigirse a la cocina, me despido con mucho alivio,

Srta. Hojuela

( léase y quiérase al cereal como un amigo incondicional)

6:25 PM  

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