Friday, June 02, 2006

Estimado desorden,
Hace algún tiempo que he estudiado y compartido turno, con algunas personas de la universidad. Bueno lo que pasa es que mi afán por el desenfreno, impulsado por estimulantes como lo son, la música, la oscuridad, y las mujeres, me llevaron a crear una situación muy incomoda y inconveniente.
Siendo un día de desorden, de carrete y de gastos, me vi dañando una amistad muy valorada pero no tan desarrollada como para aguantar esta demostración de insensibilidad que voy a relatar. Lo que pasó fue que de tanto hablar y hablar dejando clara mi carácter masculino y mi preferencia sexual corriente, estando en medio de la pista de baile, llevé mi mano al culo de mi amigo y lo apreté con alguna vehemencia. El me miró con cara de guerra y de ahí todo ha ido mal. Ya no me me habla tanto y hasta evita en disimulado grado algunas interacciones. Sumémosle otro hecho. Una vez en alguna conversación toqué el tema de la homosexualidad y lo miré a los ojos, sobrio y en plena luz del día. El me miró de vuelta sorprendido pero sin echar atrás. Bueno, yo explico mi conducta más que nada a través del afán por el desorden, porque mis preferencias sexuales las tengo claras y marcadas desde siempre.
Espero me validen esto y me ayuden así a poder relacionarme normalmente con
la víctima (¿beneficiado?) del apretón. Otra pregunta ¿procede que aclare mi preferencia sexual o mejor me hago el desentendido?. Qué opina el desorden.

Salutti,

la mano que aprieta




Validación

Querida mano:

El desorden le tiende una amiga y no sólo valida su comportamiento, sino que, en lo que es su rúbrica, va más allá reconociendo en su conducta un claro reflejo de premisas morales encomiables de cuya estabilidad depende el conjunto de condiciones que conforman aquello que los conservadores imprecan como relativismo y los desordenados designan como pluralismo.

Vamos por parte, el Desorden una y otra vez (al respecto vid. El Desorden et al: Neo-machismo-especial y; Pubertad Garantista. Abril 2006) ha calificado de pueril y fatuo el elitismo proveniente de la adscripción de una categoría sexual. Interpretar erróneamente un acto de juerga como manifestación de la orientación sexual es una cosa, mirar feo como consecuencia de ello, otra. Lo segundo implica un juicio de valor, un “tu conducta no me gusta y la mía es mejor”. El Comisario ya lo dijo: toda forma de paternalismo inconsciente está proscrita en esta comarca.

En segundo lugar, no es un secreto que el desorden tiene un marcado corte progresista y por tanto no es partidario de establecer property rights (derechos de exclusividad) sobre entidades en principio no susceptibles de valoración económica como el poto. Rechazamos de plano entonces las reticencias que se amparan en versiones del acudido pero irrelevante argumento que protesta “este potito es mío, es mío doctor, la inyección, no, no, no.” De que este sea un objeto tangible (bien lo ha demostrado el solicitante) no se sigue que su propietario tenga derecho a monopolizar su uso y goce.

Ahora, y como usted pareciera ser una mano sensible, ¿cómo recuperar su incipiente amistad? ¿debe Ud. aclararle su preferencia sexual? El Desorden es de la opinión que, hoy por hoy, esta sociedad pluralista y cosmopolita está ya preparada para tendencias sexuales rupturistas (que ya no saben romper) y novedosas (no-vedosas o no-vedadas). No se deje llevar por las mayorías. Que no le importe lo que la gente vaya a decir de usted: que tiene mal gusto, que no sabe vestir o que es poco sensible. Tráguese la vergüenza, abra la boca y dígalo con cada una de sus letras: SOY HETEROSEXUAL, aunque cueste. Lo sabemos: no va a lograr con esta tendencia acaparar la atención de las masas, conseguir portadas de revistas, ni alcanzar premios por su vestuario, pero que la verdad vaya por delante y no por atrás como UD mano) Si su amigo no es capaz de aceptarlo como tal, déjelo ir. Su tiempo es digno de mejores causas, como por ejemplo, pensar qué canción quiere usted escuchar en la única fiesta del Desorden que goza de carácter incancelable. Mándenos su sugerencia.

Sin otro particular, y con la derecha, le saluda,

El Desorden.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

hola estimado desorden.
les escrbo por un asunto que me ha rondado la cabeza durante las ùltimas semanas. el caso es bàsicamente el siguiente. no tengo novio, por lo que eventualmente suelo aceptar invitaciones a salir de tipos varios. cuando el tipo en cuestión me parece guapo e interesante, y luego de un par de copetes, el descenlace lògico parece darse algún besito loco, o un poquito más, aunque sea la primera cita. el problema se suscita en dos àmbitos: el de las amigas reprochadoras y el de los sujetos que creen que después del mentado encuentro uno va a aspirar a casarse con ellos, por lo cual huyen despavoridos.
¿qué estará pasando? ¿por qué todos tan enrollados?
espero sus sabias palabras

10:52 AM  

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